30 abril 2011

Entrevista al Dr. Manuel Ballbé - “La ‘recesión mental’ es la que nos está impidiendo superar la depresión económica”

Fuente: http://www.diarionegocio.es/actualidad/la-recesion-mental-es-la-que-nos-esta-impidiendo-superar-la-depresion-economica-20110428



Jue, 28/04/2011 - 18:34



“La ‘recesión mental’ es la que nos está impidiendo superar la depresión económica”


Manuel Ballbé es un académico muy poco convencional, tanto en sus planteamientos como en la manera de exponerlos. Vivaz, brillante, agudo, Ballbé arremete contra la desregulación financiera que se inició en EEUU a finales del siglo pasado.

Ballbé da conferencias por medio mundo y califica de golpe contra el Estado y los españoles los ataques de los mercados especulativos a la deuda española.

Pregunta:¿A qué se refiere cuando habla de “recesión mental”?
Respuesta: Se trata de la depresión mental que tenemos y que nos impide superar nuestra depresión econonómica. Un Premio Nobel de Economía, que además de economista es psicólogo, Daniel Kahneman, destaca que hay muchas cosas de la crisis económica que no tienen nada que ver con las cifras macro, como el paro. El desempleo en España se debe a que está desapareciendo una clase emprendedora y cada vez cobra más fuerza una élite destructiva, sobre todo la gente con muy buenos sueldos en la prensa, en la política..., pero el emprendedor sigue en España (los inmigrantes son muy buenos en este campo) y mientras no volvamos a oír a la clase creativa con esperanza, con ilusión y con espíritu emprendedor seguiremos en esta recesión mental. Sólo se puede se winner (ganador) sin ser whiner (quejica). Y la élite está más quejica que ganadora.

P: Pero es que la situación es muy difícil, profesor...
R: Sí, pero las cifras de España son impresionantes. Vuelve a haber 60 millones de turistas, nuestras multinacionales triunfan por el mundo, los bancos españoles no han necesitado ayuda estatal, también tenemos bastantes pymes con proyección global...

P: Y todo esto, ¿por qué no cala entre la población?
R: Pues en parte por culpa de la prensa, que ha pensado —como algunos economistas— que dar miedo y alimentar la catástrofe le va a dar más lectores, y es al revés, la prensa es la primera que pierde.

P: Cambiando de tercio, ¿cuál es su diagnóstico de esta crisis del mundo desarrollado?
R: Esta crisis es consecuencia de la desregulación que hace una década se llevó a cabo en EEUU de toda la normativa que permitió superar el crash de 1929. En aquella época, EEUU segmentó los bancos entre los especulativos o de inversión y los comerciales o de depósitos, con lo que el riesgo quedaba diversificado. Esta ley, la Glass–Steagall Act (1933), fue derogada en 1999 y, consecuentemente, los bancos especulativos podían fusionarse con los de depósitos. Con esta superconcentración bancaria, de la que surgieron 30 megabancos, empieza la crisis.

P: ¿Esto es lo que usted denomina “nuevo capitalismo”?
R: Sí, porque del capitalismo de Adam Smith [considerado como el padre de la economía moderna (1723-1790)], el del mercado, la libre empresa y en el que quiebra el que lo hace mal, se ha pasado al capitalismo de “too big to fail” (demasiado grande para dejarlo quebrar) y estos 30 bancos adquirieron una influencia política tremenda. Tal era su poder que tanto el ministro de Economía de Bill Clinton, Robert Rubin, como el de George Bush, Henry Paulson, eran ex presidentes del banco de inversión Goldman Sachs, es decir que Goldman ganaba todas las elecciones. Y a partir de 1994 ellos desarrollaron un nuevo mercado, que no es el capitalismo tradicional de Wall Street, que con la regulación que entró en vigor tras el crash del 29 funcionó de una manera estable. A partir de 2000, con las leyes del senador Gramm, es cuando se desregula y se privatiza todo y se crea un nuevo mercado, el de los derivados de crédito.

P: ¿Ese es el germen de las ‘subprime’?
R: Efectivamente. Las hipotecas se pueden securitizar, revender en un mercado mundial en el que, por ejemplo, un fondo de Arabia Saudí compraba estos paquetes de hipotecas. Así los megabancos podían diversificar su riesgo y además ganar mucho dinero a corto plazo.

P: Y en muchos casos con ‘triple A’ (la máxima calificación crediticia)…
R: Sí, porque las grandes agencias de rating también estaban en el negocio no ya de maquillar, sino de hacer auténticas liposucciones a estos paquetes de hipotecas de los 30 bancos. Ahí se dispara ese nuevo capitalismo de too big to fail, de superconcentración bancaria que tras la crisis ha dejado seis megabancos en EEUU y otros siete europeo-mundiales. También se le denomina “capitalismo casino” (nombrado así por autores americanos y alemanes nada radicales) porque los derivados se han convertido en un mercado de apuestas, como las que se cruzan con credit default swaps (CDS) sobre si un país va a hacer frente o no al pago de su deuda.

P: Y ahí surgen los ataques a los países 'periféricos' como España, ¿no?
R: Sí, los ciudadanos españoles somos víctimas de este juego de apuestas y no vemos que nuestro problema principal no está dentro de España, sino que hay un auténtico golpe no de Estado, sino contra el Estado y contra los españoles a través de un mercado especulativo que se localiza en Londres perfectamente, como así lo ha dicho hasta la prensa estadounidense.

P: Y usted que viaja tanto, ¿a los españoles nos ven desde fuera mejor o peor que como nos vemos nosotros mismos?
R: Nos ven mucho mejor, incluso en temas de seguridad. Mire, por ejemplo, acabo de regresar de dar una conferencia en la Universidad de Stanford y de estar con la rectora de la Universidad de Los Ángeles, Rachel Morán, y resulta que California que es la región más rica del mundo, tiene 38 millones de habitantes y 150.000 presos. España, con casi 48 millones de población, sólo tiene 50.000 reclusos. Nosotros sólo tenemos un homicidio por cada 100.000 habitantes, mientras que California tiene 10 y ha de pagar 100.000 presos más que nosotros, a 40.000 dólares anuales cada recluso.

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